Un bebé bien limpio
No siempre sabemos cómo asear al bebé. No te preocupes, algunos consejos te ayudarán a ser una experta.
Para mantener la salud y el bienestar de tu bebé es preciso asearlo diariamente y lavar con frecuencia los artículos que más utiliza. Sin embargo, no sirve de nada hacerlo en exceso porque para reforzar sus defensas inmunitarias, tu bebé necesita enfrentarse a bacterias, microbios y demás "bichitos" que nos rodean. Te recordamos algunas buenas prácticas en la materia.
Para mantener la salud y el bienestar de tu bebé es preciso asearlo diariamente y lavar con frecuencia los artículos que más utiliza. Sin embargo, no sirve de nada hacerlo en exceso porque para reforzar sus defensas inmunitarias, tu bebé necesita enfrentarse a bacterias, microbios y demás "bichitos" que nos rodean. Te recordamos algunas buenas prácticas en la materia.
Principios básicos del aseo del bebé
Es recomendable organizarse bien y tener a la mano todo lo necesario poder efectuar bien esa tarea y, si es posible, disfrutarla. Esta lista contiene los productos indispensables:
Gel de baño para pieles sensibles
Champú suave para sus primeros cabellos
Una crema limpiadora para su carita
Una crema para sus nalgas
Suero fisiológico
Algodón hidrófilo
Toallitas
Ahora que tenemos todo lo necesario, veamos el proceso completo.
Baño. A los bebés les encanta bañarse. Para su total seguridad, mantente atenta y no apartes la mirada de él. Cuida que no se enfríe, la temperatura de la habitación debe estar entre los 20 y los 24 ºC, y la del agua entre los 37 y los 38 ºC.
Cambio de pañales y de ropa. La clave está en la organización. Coloca todo lo que vayas a necesitar cerca del cambiador: pañales, toallitas, crema limpiadora, ropa limpia, papelera. No olvides lavar y secar bien todos los pequeños pliegues de su piel antes de ponerle el pañal.
Cara. Un algodón impregnado en crema limpiadora o en agua mineral bastará. Puedes terminar con una crema hidratante suave para proteger su piel.
Ojos. Humedece una compresa con suero fisiológico y pásala suavemente sobre sus ojos, desde el lado más cercano a la nariz hacia afuera.
Orejas. La delicadeza es primordial. No utilices hisopos, solo usa un algodón para limpiar tanto la parte delantera como la posterior.
Nariz. Se trata de una operación delicada. Retuerce un trocito de algodón impregnado en suero fisiológico e introdúcelo en los orificios nasales para limpiarlos. También puedes utilizar un sacamocos o aspirador nasal.
Uñas. Cortárselas regularmente, procurando redondearlas y no dejarlas demasiado cortas.
Cordón umbilical. Límpialo de dos a tres veces al día con una compresa impregnada en desinfectante hasta que se le caiga, esto último sucede al cabo de una o dos semanas.
¿Hay que retraer el prepucio de los niños? La práctica de retraer el prepucio para limpiar el glande de los bebés es desaconsejada por numerosos pediatras. Se ha demostrado que, al contrario de lo que se pensaba antes, la retracción no evita la fimosis (anomalía del prepucio). Un aseo "clásico" basta y sobra para garantizar la higiene de esta zona en un bebé.
Otras normas de higiene
Los peluches también tienen que lavarse a menudo. Los más resistentes puedes ponerlos en la lavadora y los más delicados lávalos a mano.
En cuanto a su ropita, la interior se debe lavar todos los días. Para el resto de la ropa, haz lo que te parezca correcto, pero ten en cuenta que si hay una mancha de zanahoria en una chaqueta... ¡tampoco se acaba el mundo! Para los baberos, las toallas y la ropa de cama, opta por un lavado a 60 ºC y utiliza siempre un detergente suave.
Una "limpieza" diaria de la habitación del bebé también es imprescindible. La primera medida deber ser ventilarla durante al menos diez minutos al día. Barre o pasa la aspiradora con regularidad.
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