Como bañar a un bebé: guía completa de higiene y cuidado

Es preciso asearlo diariamente y lavar con frecuencia los artículos que más utiliza. Sin embargo, es importante no exagerar en la limpieza, ya que para reforzar sus defensas inmunitarias, tu bebé necesita enfrentarse a bacterias y microbios.

A continuación, te presentamos algunas buenas prácticas para asegurar una adecuada higiene de tu pequeño.

Principios básicos del aseo del bebé

Para llevar a cabo esta tarea de forma efectiva, es recomendable organizarse bien y tener a mano todo lo necesario. Aquí tienes una lista de productos indispensables:

• Gel de baño para pieles sensibles
• Champú suave para sus primeros cabellos
• Crema limpiadora para su carita
• Crema para sus nalgas
• Suero fisiológico
• Algodón hidrófilo
• Toallitas

El proceso de aseo

1. Baño: A los bebés les encanta bañarse. Para su seguridad, mantente atenta y no apartes la mirada. Asegúrate de que no se enfríe; la temperatura de la habitación debe estar entre 20 y 24 ºC, y la del agua entre 37 y 38 ºC.
2. Cambio de pañales y de ropa: La clave está en la organización. Coloca todo lo necesario cerca del cambiador: pañales, toallitas, crema limpiadora y ropa limpia. No olvides lavar y secar bien todos los pequeños pliegues de su piel antes de ponerle el pañal.
3. Limpieza de la cara: Un algodón impregnado en crema limpiadora o agua mineral es suficiente. Termina con una crema hidratante suave para proteger su piel.
4. Ojos: Humedece una compresa con suero fisiológico y pásala suavemente sobre sus ojos, desde la nariz hacia afuera.
5. Orejas: La delicadeza es primordial. No utilices hisopos; solo usa un algodón para limpiar la parte delantera y posterior.
6. Nariz: Usa un trocito de algodón impregnado en suero fisiológico e introdúcelo en los orificios nasales para limpiarlos. También puedes utilizar un sacamocos o aspirador nasal.
7. Uñas: Corta las uñas regularmente, procurando redondearlas y no dejarlas demasiado cortas.
8. Cordón umbilical: Límpialo de dos a tres veces al día con una compresa impregnada en desinfectante hasta que se le caiga, lo cual sucede al cabo de una o dos semanas.

Otras normas de higiene

Los peluches también deben lavarse con frecuencia. Los más resistentes pueden ir a la lavadora, mientras que los más delicados se deben lavar a mano. La ropa interior del bebé debe lavarse a diario, y para el resto de la ropa, usa tu criterio.

Sin embargo, si hay una mancha de zanahoria en una chaqueta, ¡no te preocupes! Para los baberos, toallas y ropa de cama, opta por un lavado a 60 ºC con un detergente suave.

Además, es crucial realizar una limpieza diaria de la habitación del bebé. Ventila la habitación durante al menos diez minutos al día y barre o pasa la aspiradora con regularidad.

Cómo lavar con esponja a un recién nacido

Durante las primeras semanas, puede ser más fácil darle un baño de esponja. Aquí te explicamos cómo hacerlo:

• No es necesario bañar a tu bebé todos los días; un baño de esponja es suficiente.
• Necesitarás un tazón de agua hervida tibia, otro con agua caliente, borlas o almohadillas de algodón, un pañal limpio, ropa limpia y toallas limpias.
• Lávate bien las manos y quítate los anillos y pulseras.
• Asegúrate de que la habitación esté cálida y agradable. Desviste a tu bebé y colócalo sobre una toalla limpia.
• Limpia suavemente los ojos, la cara, el cuello y las manos de tu bebé con agua tibia.
• Mantén el nudo del cordón umbilical limpio y seco para evitar infecciones.

Cómo bañar a tu bebé

Bañar a tu bebé entre dos y tres veces a la semana es suficiente para mantenerlo limpio. Si ambos disfrutan del momento, puedes hacerlo todos los días. Recuerda que nunca debes dejar a tu bebé solo en la tina.

Prepara la habitación de antemano y asegúrate de que el agua esté a la temperatura adecuada (no más de 38 ºC).

1. Llena la tina con agua tibia y revisa la temperatura.
2. Desviste a tu bebé y mantenlo envuelto en una toalla mientras lavas su cara y ojos.
3. Introduce con cuidado a tu bebé en la tina, sosteniéndolo adecuadamente.
4. Vierte suavemente agua tibia sobre su cuerpo y asegúrate de que su cabeza esté fuera del agua.
5. Seca bien a tu bebé, incluyendo los pliegues de su piel, y vístelo con ropa limpia.

Recuerda que el baño es una excelente oportunidad para conectar con tu bebé. Si se asusta, considera bañarte con él, asegurándote de que el agua no esté demasiado caliente.