Aspirador Nasal
¿Limpiar su frágil naricita? No te preocupes, lo harás genial. Muchos papis tienen miedo de lastimar a su bebé mientras eliminan su moco nasal, pero la práctica los hace expertos. Lo mejor es destapar esa zona para evitar futuros malestares ya sea para respirar o alimentarse. El mejor tip es que en el proceso le hables a tu bebé o en el mejor de los casos hazlo mientras duerme.
Los indeseables mocos en los niños no son un tema exclusivo del invierno. Si bien los vivimos más en esta época del año, pueden pasar en cualquier momento, por ejemplo cuando los cambios de clima son demasiado drásticos o simplemente por una alergia. Y ni qué decir cuando ya van a una guardería o al nido…
El problema del bebito resfriado va más allá del tema médico en sí mismo, sino que pasa también por un tema de su propia incomodidad y malestar. Un bebé pequeñito no sabe forzar un estornudo para liberar las mucosidades por sí solo y necesita algo de ayuda.
Por eso, si tienes un bebé pequeño, el aspirador nasal tiene que estar en tu lista de básicos. Están los tipo “perita” que son los más sencillos y económicos, los de “tubo” en los que tú debes succionar por la boca (¡no te preocupes que tienen un filtro!) y los eléctricos que son un poco más caros pero que para algunas mamás son más efectivos.
Sea cual sea el que te acomode más, el truco está en que tu estés relajada porque lo más probable es que tu bebé llore, se moleste un poquito y claro, que a ti te dé algo de nervios también. Para que te sientas más segura que alguien te ayude sujetando la carita del bebé para que no se mueva mucho y el proceso sea un poquito más fácil al menos las primeras veces. Vas a ver que luego te vas a volver una experta.
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