Adquirir las posturas correctas
Aurora, madre de Paula (4 meses)."Las primeras veces que di el pecho en público la gente me miraba sorprendida. Comprendí que no debía de ser tan natural. Desde entonces, me anticipo y llevo blusas que se abren por delante y me pongo una mantilla sobre los hombros para cubrir mi pecho y la cabeza del bebé. ¡Ahora actúo de incógnito!" "¡Ya verás, es algo natural!". En la práctica, no es tan fácil colocar correctamente al bebé en el pecho. Por ello, te ofrecemos algunos consejos que te ayudarán a sacar el máximo partido a ese momento privilegiado.
Dar el pecho al bebé requiere ciertos conocimientos "técnicos". Una buena postura del bebé mejorará la calidad de la succión y, por consiguiente, la producción de leche. Asimismo, aumentará la comodidad de la madre, y le evitará dolores de espalda y de pezones. No te inquietes: este proceso de aprendizaje es muy simple y dura solo unos días. Luego, la felicidad es completa. ¡Te lo aseguramos!
Cómo dar el pecho a tu bebé
Justo antes de iniciar la toma:
La postura más clásica es la denominada postura de la "Madona". Sitúa a tu bebé de cara a ti, con su barriga contra la tuya. Si le das el pecho izquierdo, sostén al niño con el antebrazo izquierdo bajo la espalda y la mano bajo las nalgas. El codo izquierdo debe situarse sobre el brazo de la silla o sobre una almohada o cojín, de modo que esté cómodamente apoyado. Con la mano derecha, agárrate el pecho izquierdo e introdúcelo en la boca al bebé. La inclinación de la cabeza del bebé se regula con el antebrazo izquierdo. Si su mentón toca tu pecho y su nariz reposa sobre tu pezón, ¡lo has conseguido!
La postura del "balón de rugby" se emplea durante los primeros meses, especialmente por las noches o tras un parto complicado. Coloca al bebé boca arriba sobre tu costado a la altura de la cintura y sujétalo con el brazo (como se sujetaría un balón de rugby con una mano). La nuca del niño debe descansar sobre la palma de la mano opuesta. Para dar el pecho en la cama (muy útil durante la noche), acuéstate sobre el costado con el niño de cara a ti, también de lado, y con la boca a la altura del pezón. La ventaja de esta postura es que, cuando el niño está bien apoyado, te permite tener un brazo libre. Muy práctico, ¿no crees?
Otras opciones son cruzar las piernas y apoyar un cojín sobre las rodillas, recostarse sobre una tumbona semiestirada o en un sillón cómodo (¡ten cuidado con el gato!)... En resumen, no te preocupes, porque con la práctica encontrarás el truco de forma rápida y natural, y adoptarás la postura que te resulte más cómoda.
¡Qué boca tiene mi bebé!
Cuando el bebé tiene hambre, abre la boca de par en par y se contorsiona en busca del pecho, cosa que puede asustar a algunas madres. No te preocupes: dar el pecho no es doloroso. ¿Cómo funciona?
Inicio de la toma: el bebé abre bien la boca para atrapar el pezón y parte de la aureola. Luego coloca la lengua como una canaleta bajo el pezón. Si le cuesta, presiónate el pezón y la aureola haciendo una "U" con los dedos para facilitar que el bebé los atrape bien con la boca.
Durante la toma: el bebé levanta el labio inferior y apoya la nariz contra el pecho. Verás un movimiento regular de la mandíbula inferior del bebé, que alterna succión, deglución y respiración. Ya no parece tan terrible, ¿verdad?
¿Qué hacer cuando hay gemelos?
¿Al mismo tiempo o alternando? No existe ninguna regla establecida. Tú debes decidir qué solución se adapta mejor a ti y a tus hijos. Si a un bebé le cuesta tomar el pecho o si deseas mantener una relación privilegiada con cada uno, lo más apropiado son las tomas por turnos. Pon al pecho primero al niño que tenga más hambre. Al más paciente hazlo mamar después. La lactancia simultánea resulta muy práctica ya que los bebés suelen tener hambre al mismo tiempo. Para realizarla, elige la postura "balón de rugby", con los pequeños cara a cara. Este sistema requiere un poco de práctica, pero acaba resultando muy útil.
Tengo que estar concentrada…
Puedes dar el pecho de pie, sentada o acostada. Lo importante es que te encuentres cómoda. Si tu nuca o espalda están tensas, el niño lo percibirá y puede que abrevie la toma para aliviarte. Por lo tanto, busca el lugar donde te encuentres más cómoda (un sillón, un sofá, una cama...). Ten siempre a mano un cojín normal o de lactancia (que se coloca alrededor de la cintura), una manta, el teléfono (para no tener que levantarte) y una botella de agua. ¡Dar el pecho provoca sed!
¿Ha tenido bastante el bebé?
Es posible que, a pesar de tu motivación, tus esfuerzos no den resultados. Los siguientes signos son una advertencia de que algo no está funcionando bien:
Menos de 5 tomas al día
Cambio radical del ritmo de lactancia
Traga escasa o irregularmente
El bebé se pasa todo el tiempo llorando o durmiendo
Finalmente, controla que su curva de peso sea regular.
Una señal de que la toma se desarrolla correctamente es sentir el útero contraerse y tener una sensación de calor y tensión en el pecho mamado. No tengas miedo, ¡la succión no provoca ningún tipo de dolor!
Todas las mujeres que dan el pecho se sienten invadidas por una sensación de sosiego al final de la toma. El bebé está tranquilo y calmado. El tiempo permanece como suspendido. ¡Es un momento de armonía y simbiosis que vale la pena vivir!
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