10 consejos para replantear ideas negativas: todos los padres tienen

¿Necesitas ayuda para replantear ideas negativas? Preocuparte por creer “No quiero a mi bebé” pensar “Extraño mi vida anterior” e inquietarte por considerar “No sé cómo ser madre” son pensamientos que interfieren en la crianza y pueden ser molestos, perturbadores o incluso bastante tristes. Sin embargo, quédate tranquila: son completamente normales.

Sigue nuestros consejos sobre cómo replantear esos incómodos pensamientos negativos para que puedas trabajar en lo que eres genial.

Replantéate: No quiero a mi bebé

Todos lo hemos visto en las películas, pero no todos los padres se enamoran de inmediato de su recién nacido. Tu principal sentimiento perfectamente puede ser el agotamiento, el cual puede hacerte sentir todo un poco surreal. Los padres que han vivido un embarazo difícil, un parto traumático, problemas de fertilidad o la pérdida previa de un bebé pueden tener dificultades para incluso aceptar que ya llegó su bebé. Por lo tanto, no te preocupes si no sientes una conexión instantánea y piensas: “No quiero a mi bebé”.

Es completamente normal que tu vínculo se desarrolle poco a poco con el tiempo mientras se adaptan a su nueva vida juntos. Por supuesto, estos sentimientos también pueden ocurrir después, cuando empiezan a hacer efecto la privación del sueño y las presiones de la maternidad. Si te preocupa que estos pensamientos negativos puedan convertirse en ideas intrusivas u obsesivas, o si te inquieta la posibilidad de padecer una depresión posparto, habla con tu profesional de la salud.

Consejo: El contacto piel con piel con el bebé ha demostrado que sirve para fortalecer el vínculo y mejorar la salud mental, entonces, ¿por qué no pruebas con darle un masaje a tu bebé? También puedes probar con meter a tu pequeño en un canguro.

Replantéate: No sé cómo ser madre

Cuando tienes a tu primer bebé, es muy común sentirte un poco aturdida cuando la enormidad de tus nuevas responsabilidades parentales empiece a asentarse. Muchos padres entran en pánico porque sienten que no son una mamá o un papá natural y piensan: “No sé cómo ser madre/padre”.

En un estudio que encomendó Nestlé® de 8000 nuevos padres en 16 países distintos, se reveló que el 43 % de las mamás y los papás del mundo creen que ser padre es más difícil de lo que pensaban. Este problema recurrente fue particularmente alto en Nigeria, donde el 62 % de los padres dijeron que era más difícil de lo que esperaban.

En Suecia, a pesar de tener una actitud positiva hacia la maternidad/paternidad e implementar buenos sistemas de apoyo, los padres a menudo se cuestionan las decisiones que toman, por lo que sus niveles de confianza se encuentran en el fondo de la escala mundial. (Visita https://www.theparentingindex.com/ para saber más).

El asunto es que, con cada nuevo bebé que nace, también nace una madre y nadie espera que tu bebé sepa cómo caminar o hablar en cuanto llega al mundo, así que, ¿por qué sabrías exactamente qué hacer en el tema de la crianza? La realidad es que, aunque parte del trabajo se le pueda atribuir a la intuición, la gran mayoría se aprende sobre la marcha.

Consejo: Date tiempo a ti y dale tiempo a tu bebé para conocerse y recuerda que no hay una crianza perfecta: cometer errores es parte del proceso de aprendizaje. Habla con tu profesional de la salud si te preocupa algo específico y con otras mamás y papás, quienes tal vez descubras que comparten tus pensamientos negativos e inquietudes.

Replantéate: Pedir ayuda es una señal de debilidad

¿Alguna vez has escuchado el viejo dicho: se necesita un pueblo para criar un hijo? Bien, es cierto porque la crianza es difícil y en muchas culturas a lo largo del tiempo ha sido una responsabilidad compartida. Para replantear ideas negativas, te puede servir recordar que pedir ayuda no es una señal de debilidad. Por el contrario, demuestra fortaleza.

Una verdad universal que salió de The Parenting Index es que a los padres con fuertes lazos familiares les suele ir mejor cuando se trata de enfrentar nuevas realidades. Por lo tanto, se podría considerar positivo que haya más niños creciendo en hogares de familias multigeneracionales que hace una generación, pues esto les brinda acceso a los padres a un mayor apoyo.

En Perú, las abuelas en particular a menudo brindan apoyo a la mamá y el hijo, lo cual puede contribuir perfectamente a que los padres sientan menos presión que en muchos otros países.

Consejo: Si no te gusta que te ofrezcan ayuda, no temas decirlo, e identifica la “ayuda” que se presente en la forma de juicio, ya sea que la hayas pedido o no, pues puede aumentar el estrés y la ansiedad, incluso la vergüenza y la culpa. Es importante encontrar una red de apoyo que te empodere para sentirte bien sobre tus decisiones de crianza: porque tú sabes qué es lo mejor.

Replantéate: Amamantar es difícil, pero debería disfrutarlo

Para algunas mujeres, amamantar es el mecanismo para alimentar a su bebé sin que haya quejas; para otras, puede ser complicado y requerir mucha perseverancia, lo cual puede convertirlo en sentimientos de culpa si no lo disfrutas. En tan solo cinco días de amamantamiento, quemarás la misma cantidad de calorías que si corrieras un maratón. Y, al igual que sucede con el entrenamiento para un maratón, amamantar puede requerir práctica y entrenador.

Consejo: La Organización Mundial de la Salud recomienda amamantar de manera exclusiva durante los primeros seis meses de vida. Así que, si tienes dificultades para amamantar, pero quieres seguir intentándolo, tal vez necesites un grupo de apoyo para la lactancia o una sesión con un asesor de lactancia para encontrar tu ritmo. O tal vez decidas que no es para ti… y eso también está bien. Un bebé alimentado es lo único que importa.

Replantéate: Extraño mi vida anterior

Cuando estás luchando con la privación del sueño y el agotamiento emocional, es perfectamente comprensible sentir nostalgia por tu vida anterior —y las ocho horas de sueño que solías dormir—, así como arrepentimiento por cuán complicados son algunos elementos de la maternidad. Además de pensar “Extraño mi vida anterior”, tal vez también extrañes la persona que solías ser, en todas tus identidades —pareja, colega, amiga, hija— y sientas que ser mamá las ha eclipsado todas.

Sin embargo, lamentar la pérdida de tu vida anterior no significa que seas una mala madre o que renunciarías a lo que tienes. Solo significa que eres normal y que la clave para replantear ideas negativas es seguir recordándotelo.

Consejo: Hay un tabú en torno a admitir cualquier forma de arrepentimiento cuando se trata de la maternidad, pero sufrir en silencio puede producir sentimientos de aislamiento. Compartir tus dificultades con amigas que sean mamás te ayudará a sentirte menos sola pues tal vez también se sienten lo mismo.

Replantéate: Soy egoísta por poner mis necesidades antes que las de mi bebé

Aunque no siempre se sienta así, sigues siendo tu propia persona con necesidades y deseos individuales. Es totalmente normal anhelar de vez en cuando una hora para ti misma, pero esto también puede dejarte sintiendo destruida por la culpa de poner tus necesidades primero.

Recuérdale a tu crítica interior que no es egoísta cuidar de tu salud física y mental, porque también es importante tu bienestar. Y, por último, sentirte recuperada después de un descanso te ayudará a cuidar mejor de tu bebé, así que le conviene a todo el mundo.

Consejo: No importa qué hagas —tomar un baño, salir a caminar, leer un libro—, aparta tiempo tan solo para ti cada semana, para que puedas reconectar contigo misma.

Replantéate: Quisiera que mi bebé irritable fuera más tranquilo

Tal vez crees que tu bebé llora más que los de otras personas, que es un “mal durmiente” o “caprichoso para comer” y por lo tanto usas la etiqueta “bebé irritable” o “bebé de alta demanda”. Sin embargo, intenta recordar que no esto no es un diagnóstico médico, más bien es un estado mental.

Por ejemplo, en China, los padres se presionan mucho para garantizar que su bebé sea feliz. Sin embargo, es inevitable que los bebés pasen por periodos de irritabilidad, hasta cierto grado sin importar del esfuerzo que se le invierta. Esta diferencia de expectativa contra realidad podría explicar por qué los padres chinos son menos propensos a decir que tienen un bebé tranquilo. No cabe la menor duda: enfrentar a un bebé que llora puede ser agotador a nivel emocional y físico.

Así que no te sientas mal por querer que termine el periodo difícil: esto no quiere decir que quieras menos a tu bebé. Además, siéntete tranquila pues este problema común suele pasar una vez que se ha resuelto la causa, ya sea hambre, enfermedad o cansancio.

Consejo: Intenta no comparar a tu pequeño con otros bebés y recuerda que las fotos perfectas de la maternidad que ves en Instagram no muestran toda la verdad.

Replantéate: No han pasado los hitos de nuestro bebé, algo debe andar mal

Todos los bebés son únicos y se desarrollan a su propio ritmo para moverse, hablar, aprender, jugar y comportarse. Algunos tal vez son unos parlanchines desde pequeños, pero podrían tardar más en dominar habilidades de motricidad gruesas como caminar o viceversa. Aunque es fácil preocuparse de que tu hijo parezca que se desarrolla más lento que otros, intenta no obsesionarte demasiado con los hitos.

En México, las expectativas de las mujeres han evolucionado en años recientes hacia una idea más flexible de la maternidad, en la que no hay teorías específicas a las cuales adherirse o hitos a los cuales llegar, pues se reconoce que no todos los niños son iguales. Esto podría ayudar a explicar por qué los padres de ese país se sienten relativamente menos presionados en comparación con los de otros países.

Consejo: Si te preocupa, habla con tu profesional de la salud para que te sientas más tranquila y descubre si puedes recibir ayuda adicional que le sirva a tu pequeño. Considera que el progreso del desarrollo no siempre es constante: ¡tal vez te sorprenda y dé un paso gigantesco cuando menos lo esperes! Y recuerda, por cada video de primeros pasos que ves publicado en Facebook, habrá muchos otros bebés que tienen problemas para levantarse, así que intenta no hacer comparaciones.

Replantéate: Tengo culpa de mamá por trabajar y no cuidar a mi bebé

A veces regresar al trabajo es una necesidad para las finanzas familiares, a veces es solo algo que necesitas hacer para ti: no importa la razón, es válida. En particular, muchas mamás se sienten culpables de volver al trabajo y no estar presentes para sus bebés, pero solo se puede estar en un lugar a la vez y las personas tienen sus límites.

Según las investigaciones, uno de cada de dos padres cree haber regresado demasiado pronto al trabajo después del parto de su hijo y una gran parte de esto se reduce al nivel de apoyo que tengan para una vida laboral: por ejemplo, la incapacidad y una atención infantil asequible.

Consejo: Pregúntale a tu empleador sobre la posibilidad de un trabajo flexible si crees que eso puede ayudarte con los malabares de la vida laboral: el 74 % de los padres en el estudio tienen este tipo de acuerdos, así que sin duda no es tan poco común. Investiga para asegurarte de que te sientes cómoda con las decisiones relacionadas con el cuidado de tu hijo y de saber que tu bebé está en un entorno donde se pueda desarrollar.

Replantéate: Me siento sola después de tener a mi bebé, cuándo debo sentirme agradecida

Las nuevas madres están cansadas, tienen poco tiempo y es probable que también poco dinero: para el 62 % de los padres en el mundo, criar a un hijo tiene un fuerte impacto en las finanzas familiares.

Estas son solo tres de las muchas razones por las que tal vez no socialices tanto como solías hacerlo. Por eso no debe sorprenderte sentirte sola —incluso con un bebé en brazos— y no debes avergonzarte de esto. Añorar una interacción con adultos no significa que no disfrutes el tiempo que pasas con tu bebé. Simplemente no es realista esperar que el amor que sientes por tu hijo satisfaga todos tus deseos de conexión… ¡porque a veces no basta hablar con bebés!

Consejo: Sentirte aislada como nueva mamá es muy común: el 32 % de los padres en el mundo se sienten solos en los primeros meses después del parto. Sin embargo, la buena noticia es que hay muchas maneras de resolverlo, ya sea uniéndote a un grupo de mamás, ir a una clase para hacer ejercicio con una vieja amiga o tan solo ir a un café a platicar.